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Glosario

La rehabilitación neurológica ha evolucionado significativamente en las últimas décadas gracias al desarrollo de modelos que permiten entender y medir el progreso funcional de los pacientes tras sufrir un daño cerebral. Entre estos modelos, la escala de Brunnstrom se ha consolidado como una herramienta fundamental para fisioterapeutas, neurólogos y terapeutas ocupacionales. Diseñada por la neurocientífica sueca Signe Brunnstrom, esta escala permite evaluar la recuperación motora en pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular (ACV) o algún tipo de hemiparesia.

¿Qué es la escala de Brunnstrom?

La escala de Brunnstrom es un modelo de evaluación neurológica que describe la secuencia típica de recuperación motora tras un ACV. Esta escala se basa en la observación de patrones sinérgicos y el retorno progresivo del control voluntario del movimiento. La escala se divide en siete etapas, desde la ausencia total de movimiento voluntario hasta la recuperación completa o casi completa de las funciones motoras.

El valor de la escala de Brunnstrom reside en su capacidad para proporcionar un marco estructurado que ayuda a los profesionales a identificar en qué fase se encuentra el paciente, establecer objetivos realistas de tratamiento y evaluar el progreso con el tiempo. Además, permite planificar intervenciones personalizadas que se adapten al estado funcional del paciente.

Las siete etapas de la escala de Brunnstrom

Escala de Brunnstrom

La escala de Brunnstrom se compone de las siguientes etapas:

  1. Etapa 1: Flacidez completa
    En esta fase inicial, no hay actividad muscular voluntaria. El paciente presenta flacidez total y ausencia de reflejos. Esta etapa puede durar desde horas hasta días, dependiendo de la extensión del daño cerebral.

  2. Etapa 2: Aparición de sinergias espásticas
    Comienzan a aparecer movimientos reflejos o sinergias involuntarias. Estos patrones de movimiento son generalmente espásticos y no están bajo el control voluntario del paciente.

  3. Etapa 3: Sinergias voluntarias
    El paciente puede iniciar movimientos dentro de patrones sinérgicos específicos. Aunque los movimientos son limitados y rígidos, representan un avance significativo en la recuperación.

  4. Etapa 4: Disminución de sinergias
    El paciente empieza a romper los patrones sinérgicos y logra realizar algunos movimientos aislados y controlados, fuera de la sinergia.

  5. Etapa 5: Movimientos más complejos
    Se amplía la gama de movimientos voluntarios y se mejora la coordinación. El paciente puede realizar movimientos más complejos, aunque todavía con algunas dificultades.

  6. Etapa 6: Coordinación normal con algunas limitaciones
    Los movimientos son casi normales en cuanto a coordinación y velocidad. Persisten algunas deficiencias menores, pero la funcionalidad es alta.

  7. Etapa 7: Recuperación completa
    El paciente ha recuperado el control motor completo o casi completo. Los movimientos son voluntarios, coordinados y funcionales.

Aplicación clínica de la escala de Brunnstrom

En la práctica clínica, la escala de Brunnstrom se utiliza como herramienta de evaluación para diseñar planes de tratamiento individualizados. Cada etapa representa un punto de partida para determinar qué tipo de ejercicios y actividades son apropiadas para fomentar el progreso hacia la siguiente fase.

Por ejemplo, un paciente en la etapa 2 puede beneficiarse de ejercicios que estimulen la aparición del control voluntario, mientras que un paciente en la etapa 5 puede trabajar en actividades funcionales como vestirse, escribir o manipular objetos pequeños. La aplicación adecuada de la escala de Brunnstrom permite optimizar los recursos terapéuticos y establecer objetivos alcanzables que mantengan la motivación del paciente.

Beneficios de usar la escala de Brunnstrom

Uno de los mayores beneficios de la escala de Brunnstrom es que ofrece un lenguaje común para los profesionales de la salud. Esto facilita la comunicación entre médicos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y cuidadores, asegurando un enfoque multidisciplinario coherente.

Otro beneficio importante es la posibilidad de documentar el progreso del paciente de manera objetiva. Al identificar claramente en qué etapa se encuentra, se pueden realizar comparaciones a lo largo del tiempo y ajustar los tratamientos según la evolución real del paciente.

Además, la escala de Brunnstrom es útil para la educación del paciente y su familia. Comprender en qué etapa está su recuperación puede reducir la ansiedad, establecer expectativas realistas y fomentar una participación activa en el proceso de rehabilitación.

Limitaciones y críticas

A pesar de sus múltiples beneficios, la escala de Brunnstrom no está exenta de críticas. Una de las principales es que asume una secuencia lineal de recuperación que no siempre se refleja en todos los pacientes. Algunos pueden saltarse etapas, permanecer en una fase durante mucho tiempo o incluso retroceder.

Además, la escala pone un énfasis considerable en los movimientos sinérgicos, lo que puede llevar a una interpretación reduccionista del proceso de recuperación. En la práctica clínica moderna, se tiende a complementar la escala de Brunnstrom con otras herramientas de evaluación más centradas en la funcionalidad global del paciente, como el Índice de Barthel o la Escala de Fugl-Meyer.

Otra limitación es que la escala de Brunnstrom fue desarrollada principalmente para pacientes con hemiparesia post-ACV, por lo que su aplicabilidad a otros tipos de lesiones neurológicas puede ser limitada.

La escala de Brunnstrom en contextos contemporáneos

Escala de Brunnstrom

A pesar de sus limitaciones, la escala de Brunnstrom sigue siendo una referencia esencial en muchos entornos clínicos, especialmente en unidades de rehabilitación neurológica. En combinación con nuevas tecnologías como la realidad virtual, la robótica o la estimulación eléctrica funcional, la escala se adapta y sigue vigente como una herramienta de base para planificar terapias centradas en el paciente.

Los avances en neuroplasticidad y neurociencia también han renovado el interés por la escala, ya que permite correlacionar cambios clínicos con procesos cerebrales documentados por imágenes funcionales. En ese sentido, la escala de Brunnstrom no solo es útil como instrumento práctico, sino también como punto de partida para investigaciones en rehabilitación motora.

Conclusión

La escala de Brunnstrom es mucho más que una simple clasificación: es una guía dinámica que permite entender, planificar y monitorear la recuperación motora tras un accidente cerebrovascular. Su valor radica en su simplicidad, aplicabilidad clínica y su capacidad de adaptarse a los cambios individuales de cada paciente. Si bien debe utilizarse junto a otras herramientas, sigue siendo una piedra angular en el trabajo diario de quienes se dedican a la rehabilitación neurológica.

Conocer y aplicar adecuadamente la escala de Brunnstrom no solo mejora los resultados clínicos, sino que también empodera al paciente y a su entorno, facilitando un camino más claro hacia la recuperación.

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