«Mi hijo Lance (45 años) sufrió un ACV isquémico severo en Diciembre del 2004. Después de su accidente tenía todo el lado izquierdo paralizado, había perdido la vista del ojo izquierdo, no podía andar y tenía un impedimento cognoscitivo. Fue hospitalizado durante varios meses, durante los cuales hizo considerables ejercicios de rehabilitación. Al salir del hospital, solo podía desplazarse en silla de ruedas. Mi hijo continúo con la terapia física y recobro poco a poco su capacidad de andar gracias a una baston.
Después de casi 5 años descubrió neuroaid y lo tomo durante aproximadamente seis meses. Aunque su ACV estaba bastante viejo, constatamos progresos. Recobró una mente despejada y todas sus habilidades cognitivas. Ahora puede mover su brazo izquierdo, dar un apretón de mano y tocar su nariz con esfuerzos. Sus distorsiones de cara desaparecieron y ahora anda mejor, tiene mejor equilibrio y confianza en sí mismo. Su sueño y esperanza es recobrarse completamente para ser de nuevo un bueno golfista y jugar con sus dos hijos. Nunca se da por vencido!»