La depresión post ACV es una de las secuelas más comunes después de un accidente cerebrovascular. Este trastorno afecta no solo al estado de ánimo del paciente, sino también a su capacidad de recuperación, su motivación y su calidad de vida. Se calcula que entre un 30 y un 50 % de quienes han sufrido un ACV desarrollan algún grado de depresión en los meses siguientes al evento, lo que convierte a esta condición en un desafío clínico y social de gran relevancia.
Qué es la depresión post ACV
La depresión post ACV se define como un trastorno del estado de ánimo que aparece tras un accidente cerebrovascular, ya sea isquémico o hemorrágico. Se caracteriza por sentimientos persistentes de tristeza, pérdida de interés en las actividades cotidianas, falta de energía y dificultades para mantener la motivación en el proceso de rehabilitación.
A diferencia de una reacción emocional transitoria frente al impacto de la enfermedad, la depresión post ACV responde a factores tanto biológicos como psicológicos y sociales que se desencadenan después del daño cerebral.
Causas y factores de riesgo

La depresión post ACV surge de la interacción de distintos factores:
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Factores biológicos
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Lesiones en regiones cerebrales implicadas en la regulación del estado de ánimo, como la corteza frontal y los ganglios basales.
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Alteraciones en neurotransmisores como serotonina, dopamina y noradrenalina.
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Procesos inflamatorios y cambios neuroquímicos posteriores al ACV.
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Factores psicológicos
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Impacto emocional de la pérdida de autonomía.
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Ansiedad frente a las secuelas motoras, cognitivas o del lenguaje.
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Dificultad para aceptar una nueva identidad marcada por la discapacidad.
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Factores sociales
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Aislamiento debido a limitaciones físicas o problemas de comunicación.
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Falta de apoyo familiar o de redes sociales sólidas.
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Problemas económicos derivados de la incapacidad laboral.
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Factores clínicos
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Antecedentes de depresión o trastornos psiquiátricos previos.
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ACV de mayor severidad con hospitalización prolongada.
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Presencia de enfermedades crónicas asociadas, como hipertensión o diabetes.
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Síntomas de la depresión post ACV
Los síntomas más habituales incluyen:
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Tristeza persistente y sensación de vacío.
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Pérdida de interés en actividades antes agradables.
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Fatiga intensa y reducción de la energía.
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Alteraciones del sueño, ya sea insomnio o exceso de sueño.
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Cambios en el apetito y en el peso corporal.
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Dificultades de concentración y de memoria.
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Sentimientos de desesperanza, inutilidad o culpa.
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Pensamientos de muerte o ideación suicida en casos graves.
Uno de los grandes desafíos es que estos síntomas pueden confundirse con secuelas propias del ACV, como la fatiga post ACV o los problemas cognitivos, lo que dificulta el diagnóstico temprano.
Consecuencias en la recuperación
La depresión post ACV no es solo un problema emocional, sino que influye directamente en la rehabilitación:
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Menor participación en terapias: los pacientes deprimidos tienden a abandonar más fácilmente los programas de rehabilitación.
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Peor evolución funcional: se retrasa la recuperación motora, cognitiva y del lenguaje.
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Mayor riesgo de complicaciones médicas: los hábitos saludables se ven afectados, lo que incrementa el riesgo de nuevos episodios.
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Incremento de la mortalidad: la depresión post ACV está asociada a un mayor riesgo de fallecimiento, tanto por causas médicas como por suicidio.
Diagnóstico
Para detectar la depresión post ACV se utilizan evaluaciones clínicas y escalas estandarizadas como la Escala de Hamilton para Depresión o la Escala Hospitalaria de Ansiedad y Depresión (HADS). La valoración debe ser realizada por un equipo multidisciplinario que incluya neurólogos, psiquiatras, psicólogos y rehabilitadores.
Tratamiento de la depresión post ACV
El tratamiento requiere un enfoque integral que combine medicamentos, psicoterapia, rehabilitación física y apoyo social.
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Tratamiento farmacológico
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Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) son los más utilizados, como sertralina o fluoxetina.
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Los inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina también pueden ser útiles en algunos casos.
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La elección del fármaco debe considerar la interacción con otros tratamientos que el paciente reciba tras el ACV.
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Psicoterapia
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La terapia cognitivo-conductual ayuda a modificar pensamientos negativos y mejorar la motivación.
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La terapia de apoyo emocional favorece la adaptación a la nueva situación vital.
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Las terapias grupales permiten compartir experiencias y reducir el aislamiento social.
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Rehabilitación física y ocupacional
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El ejercicio físico adaptado mejora el ánimo al estimular la liberación de endorfinas.
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Las actividades ocupacionales proporcionan un sentido de logro y autonomía.
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Apoyo familiar y social
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La participación activa de la familia en el proceso de recuperación es esencial.
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La educación a cuidadores ayuda a identificar signos de depresión y a brindar apoyo emocional.
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La integración en asociaciones de pacientes con ACV fomenta la resiliencia.
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Terapias complementarias
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La musicoterapia, la arteterapia y la terapia asistida con animales han mostrado efectos positivos en la reducción de síntomas depresivos.
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Nuevas técnicas como la estimulación magnética transcraneal están siendo investigadas con resultados prometedores.
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Prevención

Aunque no siempre es posible evitar la depresión post ACV, existen estrategias preventivas:
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Evaluar periódicamente el estado emocional de todos los pacientes después de un ACV.
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Iniciar la rehabilitación lo antes posible con un enfoque motivador.
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Establecer programas de apoyo psicológico desde la fase hospitalaria.
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Promover la socialización y la participación en actividades comunitarias.
Conclusión
La depresión post ACV es una condición frecuente, compleja y con gran impacto en la vida de los pacientes y sus familias. Su detección temprana y un abordaje integral permiten mejorar la adherencia a la rehabilitación, favorecer la recuperación funcional y reducir el riesgo de complicaciones.
En definitiva, atender la depresión post ACV no debe considerarse un aspecto secundario del tratamiento, sino un componente esencial en la atención global del paciente que ha sufrido un accidente cerebrovascular.
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