La disfagia es un trastorno que afecta la capacidad de tragar de forma segura y eficiente, y puede presentarse en personas mayores, pacientes con daño neurológico, enfermedades degenerativas o cáncer de cabeza y cuello. Uno de los aspectos más desafiantes en su manejo es asegurar una correcta hidratación. Por eso, conocer qué bebidas son buenas para la disfagia se convierte en una necesidad tanto para los pacientes como para quienes los cuidan.
Comprendiendo la disfagia y el riesgo de aspiración
Cuando alguien padece disfagia, el proceso de tragar puede verse comprometido desde la etapa oral hasta la faríngea o esofágica. Esto puede provocar que los líquidos “se vayan por el otro lado”, generando un riesgo de aspiración. La aspiración ocurre cuando los líquidos o alimentos ingresan a las vías respiratorias en lugar del esófago, lo que puede derivar en infecciones pulmonares como la neumonía aspirativa.
Por esta razón, una parte central del tratamiento de la disfagia incluye modificar la textura de las bebidas. Esto se hace utilizando espesantes comerciales o naturales que aumentan la viscosidad de los líquidos, haciendo más lenta su progresión por la garganta y reduciendo el riesgo de que pasen a la tráquea.
¿Qué bebidas son buenas para la disfagia?

A continuación se presentan las principales opciones seguras que responden a la pregunta sobre qué bebidas son buenas para la disfagia, teniendo en cuenta tanto la textura como el valor nutricional y la tolerancia individual:
1. Agua con espesante
Aunque es la bebida más importante para la hidratación, el agua en su forma normal es difícil de tragar con disfagia. Afortunadamente, puede espesar con productos específicos. Una de las primeras respuestas a la pregunta sobre qué bebidas son buenas para la disfagia es el agua modificada en textura, lo que permite conservar su función sin peligro de aspiración.
2. Jugos de frutas espesados
Los jugos naturales de frutas como manzana, pera, durazno o arándano son ricos en antioxidantes y vitamina C. Para pacientes con disfagia, estos jugos deben ser espesados para alcanzar una textura segura. Los jugos espesados son más fáciles de controlar al tragar y pueden ser muy bien tolerados.
Es importante evitar jugos cítricos muy ácidos (como el de naranja o piña), ya que pueden generar irritación faríngea en algunos pacientes con disfagia avanzada.
3. Leche y bebidas vegetales espesas
Leche de vaca o bebidas de soya, avena o almendra pueden formar parte de la dieta si se espesan correctamente. Aportan nutrientes esenciales y son fáciles de adaptar. Dentro de las opciones de qué bebidas son buenas para la disfagia, estas destacan por su valor energético.
4. Batidos y smoothies espesos
Los batidos naturales preparados con frutas, leche o yogur y espesados adecuadamente son una excelente opción tanto por su valor nutricional como por su versatilidad. Los smoothies permiten incluir frutas ricas en fibra soluble y proteínas, lo que favorece la nutrición del paciente con disfagia.
Además, pueden ser modificados con suplementos nutricionales orales si es necesario aumentar el aporte calórico.
5. Sopas licuadas o cremas suaves
Aunque no son bebidas en sentido estricto, las sopas pueden considerarse dentro de la hidratación diaria. Sopas de verduras licuadas, cremas de calabaza, zanahoria o pollo pueden espesarse y consumirse con seguridad. Es importante evitar trozos de alimentos mal triturados que puedan suponer un riesgo.
6. Bebidas nutricionales comerciales (espesas)
Existen en el mercado múltiples fórmulas líquidas de nutrición oral especialmente diseñadas para pacientes con disfagia.
Estas bebidas, además de seguras, garantizan una nutrición completa cuando el paciente tiene dificultades para alimentarse con comidas convencionales.
7. Tés suaves espesados
Tés de manzanilla, rooibos o té blanco, preparados sin cafeína ni azúcar excesiva, pueden formar parte de una dieta para disfagia si se espesan correctamente. Estos tés aportan hidratación y un efecto calmante.
Evita los tés muy calientes o con sabores muy intensos (como el jengibre fuerte o la menta picante), ya que podrían irritar la garganta.
Bebidas que deben evitarse

Además de saber qué bebidas son buenas para la disfagia, es importante conocer cuáles deben evitarse por su textura, temperatura o composición:
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Líquidos claros sin espesar (agua, jugo fresco)
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Bebidas carbonatadas (gaseosas, sodas)
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Alcohol
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Café muy caliente o sin modificar
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Jugos con pulpa o grumos
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Bebidas con semillas, hielo o trozos flotantes
Estas opciones suelen ser difíciles de controlar al tragar, aumentando el riesgo de atragantamiento o aspiración.
El papel del terapeuta deglutorio
El profesional encargado de guiar la alimentación segura en personas con disfagia es el terapeuta deglutorio o logopeda especializado en disfagia. Este profesional realiza una evaluación clínica (y, en ocasiones, instrumental como videofluoroscopia) para determinar qué tipo de bebidas son seguras, en qué consistencia, y con qué volumen pueden administrarse.
También puede recomendar estrategias posturales (como inclinación de cabeza o deglución doble), modificaciones de temperatura, y técnicas de estimulación sensorial para facilitar el reflejo deglutorio.
Cómo espesar bebidas de forma segura
Los espesantes comerciales vienen con indicaciones claras sobre qué cantidad utilizar para obtener la viscosidad deseada. Es importante seguir estas indicaciones con precisión y verificar la textura final con una prueba de flujo (como la Prueba IDDSI).
El uso de utensilios adecuados (como cucharas, jarras con pico o pajillas específicas) también puede facilitar una hidratación más segura.
Consejos finales para cuidadores y pacientes
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Si tú o alguien cercano necesita saber qué bebidas son buenas para la disfagia, aquí algunos consejos útiles:
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Espesa siempre las bebidas, incluso las que parecen inofensivas.
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Controla la temperatura: los líquidos templados suelen ser más fáciles de tragar.
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Evita mezclar líquidos con sólidos en una misma cucharada.
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Usa utensilios adaptados, como vasos con boquilla o cucharas dosificadoras.
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Supervisa cada trago, especialmente si hay antecedentes de aspiración.
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Conclusión
Identificar qué bebidas son buenas para la disfagia es una tarea clave para evitar complicaciones graves como la deshidratación o la neumonía. El uso de espesantes, la elección de texturas adecuadas y la supervisión profesional hacen posible que las personas con disfagia mantengan una hidratación segura y nutritiva. Adaptar las bebidas a las capacidades del paciente mejora no solo su salud física, sino también su bienestar emocional y su calidad de vida.
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