Se define la agnosia como la incapacidad de procesar la información sensorial, ya sea para reconocer objetos, personas, sonidos, olores o tamaños, mientras que el sentido en sí no falla y tampoco hay una pérdida de memoria. La agnosia se asocia con daños cerebrales o enfermedades neurológicas, en particular con el daño en la frontera occipitotemporal que es parte de la corriente ventral.
Causas de la agnosia
La agnosia es provocada por daños en ciertas vías cerebrales. Estos daños pueden ser causados por lesiones como traumatismos craneales, encefalitis o accidentes cerebrovasculares, entre otras afecciones y normalmente estos daños se localizan en los lóbulos parietal y temporal del cerebro.
Cuando se dañan estas vías cerebrales que conectan las principales áreas de procesamiento sensorial y almacenamiento de la información, se produce este déficit en el reconocimiento de los estímulos externos.
Tipos de agnosia
Existen diferentes tipos de agnosia en función de la localización de las vías que han sido dañadas en el cerebro. A continuación, describimos los principales tipos de agnosia:
Agnosia visual
La agnosia visual es una dificultad adquirida para identificar objetos mediante la visión. Se presenta sin daños al sistema ocular, sin alteraciones visuales y sin modificaciones intelectuales significativas. Afecta principalmente la capacidad para percibir y procesar elementos como los colores, las formas y los movimientos.
En otras palabras, se trata de una condición en la que persiste la capacidad ocular para percibir los objetos, pero falta la habilidad para reconocer sus características y, por lo tanto, para integrarlas como una representación mental operativa.
La agnosia visual ocurre cuando el proceso visual se lleva a cabo de manera irregular. Dicho procesos implica la participación de los receptores de la retina, que es una prolongación del sistema nervioso central, con circuitos y células nerviosas, así como células fotorreceptoras que se llaman bastones y conos. Estas últimas reaccionan ante la luz, y transmiten el mensaje hacia otras células que lo llevan hasta el cerebro.
Después de un complejo proceso donde participan distintos tipos de células y microsistemas, el mensaje llega específicamente a la corteza visual primaria del cerebro, situada en el lóbulo occipital, cerca de la cisura calcarina. La región específica asociada al sistema visual, y por lo tanto a la agnosia, es la unión occipito-temporal bilateral.
En esta última las neuronas se distribuyen en distintas áreas según los estímulos que procesan, y a grandes rasgos se encargan de analizar los atributos de las imágenes visuales. Todo lo anterior ayuda a formar una representación inicial de los objetos y de sus características, que se traduce en una percepción específica del observador, y luego en una etapa de reconocimiento centrada en el objeto y en su información semántica (se procede a la nominación).
En estas últimas etapas es en donde se han identificado algunas dificultades que provocan la agnosia visual.
Agnosia visual aperceptiva
La agnosia visual aperceptiva se caracteriza por una dificultad para conectar las partes de una imagen en un conjunto que sea comprensible. Esto se traduce en una dificultad para comprender las relaciones que existen entre los objetos.
En otras palabras, no hay una estructuración de los estímulos visuales recibidos, con lo cual se trata de una condición que afecta la etapa discriminativa de la identificación visual, que finalmente repercute en la incapacidad para representar dichos estímulos. Por ejemplo, la persona puede tener serias dificultades para representar o emparejar objetos a través de dibujos e imágenes.
Generalmente está causada por lesiones en el lóbulo temporal o el lóbulo parietal, en ambos hemisferios cerebrales.
Agnosia visual asociativa
La agnosia visual asociativa se caracteriza por una dificultad para evocar información asociada con los nombres, usos, orígenes o características específicas de los objetos.
Tanto la agnosia aperceptiva como la agnosia asociativa suelen evaluarse, por ejemplo, con base en la capacidad de la persona para copiar dibujos. En este caso, la persona puede realizar tareas como dibujos o emparejamiento de imágenes, pero tiene dificultades para nombrarlos. De igual manera, la persona puede utilizar los objetos que se le muestran, pero tiene dificultades para decir de qué objeto se trata.
Prosopagnosia
Se trata, en resumidas cuentas, de un fallo de nuestro sistema nervioso cuya consecuencia es que, quien la experimenta, no es capaz de reconocer rostros humanos. Eso significa que a pesar de tener los ojos perfectamente y de ser capaz de recoger toda la información visual relativa a la cara de una persona, no es capaz de detectar los patrones que convierten esa cara en algo único. En definitiva: vemos la cara pero no la reconocemos.
La prosopagnosia es un tipo de agnosia visual, ya que hay varias clases de desórdenes neurológicos en los que aquello que se ve no es reconocido de manera normal por el cerebro.
Acromatopsia
La acromatopsia se caracteriza por dificultades para reconocer los colores de los objetos. En algunos casos hay reconocimiento de los colores pero no hay posibilidad de nombrarlos. Está asociada con lesiones en la región V4 del cerebro, y tiene relación con las regiones encargadas de regular la actividad lingüística.
Alexia
La alexia es la dificultad para reconocer visualmente las palabras. En ocasiones las personas pueden hablar y escribir sin mayor dificultad, pero mantienen problemas para decir de qué palabra se trata una vez la ven escrita.
Acinetopsia
La acinetopsia se caracteriza por una dificultad para reconocer la actividad motora. Esto quiere decir que la persona presenta algunos problemas para percibir el movimiento de los objetos como un todo. En otras palabras, los movimientos se perciben como secuencias de acciones instantáneas sin continuidad. Esto último puede presentarse en distintos grados. Cuando la condición es severa, la persona puede perder la capacidad para reconocer cualquier tipo de movimiento.
Agnosia auditiva
La agnosia auditiva es una forma de agnosia que se manifiesta principalmente por la incapacidad para reconocer o diferenciar sonidos.
No se trata de un defecto de la audición, sino de una incapacidad del cerebro para procesar los significados de los sonidos.
Las personas con agnosia auditiva son físicamente capaces de oír los sonidos y describirlos utilizando términos no relacionados con ellos, pero no son capaces de reconocerlos. Pueden describir las características de los sonidos de su entorno, aunque fallando en su identificación correcta. Podrían escuchar la voz de una persona, pero sin reconocer a la persona en cuestión aunque llegar a ser su propia madre.
Aunque se sabe muy poco sobre este problema, se cree que la agnosia auditiva está causada por un daño en las cortezas auditivas secundaria y terciaria del lóbulo temporal del cerebro.
Agnosia táctil
La astereognosia, también llamada agnosia táctil, es un trastorno poco conocido a causa de que no suele afectar de forma muy negativa la vida de las personas que lo sufren. Se trata de un tipo de agnosia (es decir, un trastorno en la identificación de objetos que no se debe a alteraciones sensoriales) que altera de forma específica el reconocimiento a través del tacto.
En este artículo describiremos los rasgos clínicos más significativos y las causas más habituales de la astereognosia o agnosia táctil. Antes de proceder nos detendremos brevemente en el concepto de agnosia, puesto que es importante contextualizar adecuadamente la astereognosia y compararla con otros trastornos de la misma clase.
“Astereognosia” es un término que se utiliza habitualmente para denominar a la agnosia táctil, esto es, a la incapacidad de identificar objetos a través del tacto en ausencia de anomalías en la percepción en sí misma. Por contra, la estereognosia sería la capacidad básica que nos permite percibir y reconocer este tipo de estímulos de forma normal.
En este tipo de agnosia la persona no consigue recuperar de la memoria la información necesaria para identificar claves estimulares relacionadas con el tacto, como la temperatura, la textura, el tamaño o el peso. Sin embargo, sí es capaz de hacerlo cuando utiliza otros sentidos (generalmente la vista), a menos que estén presentes otras clases de agnosia.
Algunos autores utilizan la denominación “agnosia táctil” únicamente en los casos en que la afectación se limita a una de las manos o como máximo a las dos, mientras que si el problema implica a la percepción táctil de un modo más general prefieren hablar de astereognosia. En cualquier caso, no parece existir consenso en torno a estas nomenclaturas.
En muchas ocasiones la astereognosia y la agnosia táctil no son diagnosticadas debido a que no suelen interferir de forma significativa en el funcionamiento de quienes las sufren. Esto ha llevado a una infravaloración del número de casos de astereognosia, así como a la escasez de investigaciones al respecto que se detecta al revisar la literatura científica.
Agnosia corporal o somática
La agnosia somática se define como incapacidad para reconocer partes del propio cuerpo y/o el de otras personas y la alteración en la capacidad para reconocer objetos por el tacto en ausencia de alteraciones somestésicas básicas, agnosia táctil.
Los diferentes tipos serian los siguientes:
Asomatognosia
En medicina y neurología, la asomatoagnosia, también llamada asomatognosia es una forma de agnosia corporal que consiste en la incapacidad para reconocer, diferenciar e integrar las diferentes partes del esquema corporal. Suele estar asociada a lesiones en el lóbulo parietal.
Hemiasomatognosia
Es un término médico que se emplea para describir la situación de un paciente que presenta un desconocimiento o desatención de una parte de su cuerpo, generalmente la mitad derecha o izquierda del mismo. Es una variación del término asomatoagnosia. Suela está causada por una lesión masiva en uno de los hemisferios cerebrales.
La hemiasomatognosia se manifiesta de diferentes formas, el paciente desatiende una mitad de su cuerpo, la descuida en funciones como el aseo, y tiene sensación de extrañeza, considerando que esa parte no le pertenece, no forma parte de su organismo o le ha sido amputada.
Autotopagnosia
Es una agnosia afectando el sentido de la postura. Se caracteriza en una inhabilidad de localizar y orientar las diferentes partes del cuerpo, careciendo del reconocimiento del propio cuerpo y de su posición en el espacio. Esas funciones se sitúan en las áreas 5 y 7, áreas formadoras del centro somatoestésico de la asociación, en la región parietal superior.
Somatoparafrenia
Se define como tipo de engaño monotemático donde uno niega la propiedad de una extremidad o un lado entero del propio cuerpo. Incluso si se les proporciona una prueba innegable de que el miembro pertenece y se une a su propio cuerpo, el paciente produce confabulaciones elaboradas sobre cuya extremidad que realmente es, o cómo la extremidad terminó en su cuerpo. En algunos casos, delirios vuelto tan elaborado que un miembro puede ser tratada y cuidado como si se tratara de un ser separado.
Misoplejia
Los pacientes que expresan disgusto, desprecio o rechazo de una parte del cuerpo propio, a la que incluso vejaban y castigaban.
Se trata de un trastorno muy poco frecuente, mostrandose estos signos en los miembros débiles o paralizados.
En la misoplejía juegan un papel importante rasgos premórbidos de la personalidad, sobre todo hipocondríacos, que pueden determinar el cambio súbito en la interpretación y conocimiento del funcionamiento del cuerpo.
Analgoagnosia
Incapacidad para la comprensión del dolor a pesar de que no exista hipoestesia frente a los estímulos dolorosos.
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