isquemia

La afagia es un trastorno severo de la deglución en el que la persona pierde por completo la capacidad de tragar alimentos, líquidos o incluso su propia saliva. Este cuadro clínico es más grave que la disfagia (dificultad para tragar), ya que implica una incapacidad total, con serias consecuencias nutricionales, respiratorias y sociales. Comprender las causas de la afagia es fundamental para establecer un diagnóstico certero y aplicar un tratamiento adecuado.

¿Qué es la afagia?

Causas de la afagia

La afagia se define como la incapacidad completa para iniciar o completar el acto de deglutir. A diferencia de la disfagia, que permite cierto grado de deglución aunque con dificultad, la afagia implica una interrupción total del proceso de transporte del bolo desde la cavidad oral hasta el estómago.

Este trastorno puede ser temporal o permanente, dependiendo de su origen, y suele requerir intervención urgente debido al riesgo de desnutrición, deshidratación y aspiraciones pulmonares.

Principales causas de la afagia

Las causas de la afagia se pueden clasificar en tres grandes grupos: neurológicas, estructurales y funcionales/psicológicas. Cada grupo tiene sus propias características clínicas y mecanismos subyacentes.

1. Causas neurológicas de la afagia

Las causas neurológicas son las más frecuentes en los cuadros de afagia. En estos casos, la pérdida de la capacidad para tragar se produce por daño en el cerebro, los nervios craneales o las vías motoras implicadas en la deglución.

a. Accidente cerebrovascular (ACV)
El ACV es una de las principales causas de la afagia. Cuando afecta las áreas corticales o del tronco encefálico responsables de la coordinación de la deglución, puede producir una afagia completa. El compromiso del centro de la deglución en el bulbo raquídeo es especialmente grave.

b. Enfermedades neurodegenerativas
Patologías como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), el Parkinson avanzado o la enfermedad de Huntington pueden causar afagia progresiva debido a la degeneración de las neuronas motoras.

c. Traumatismos craneoencefálicos
Un traumatismo severo que afecte el tronco cerebral o zonas motoras de la corteza puede inducir afagia, ya sea de forma temporal o permanente.

d. Esclerosis múltiple
En algunos pacientes, las lesiones desmielinizantes comprometen los centros neurológicos de la deglución, lo cual puede desencadenar afagia en etapas avanzadas.

2. Causas estructurales de la afagia

Estas causas tienen que ver con alteraciones anatómicas que obstruyen o impiden físicamente el paso del bolo alimenticio.

a. Cáncer de cabeza y cuello
Tumores en la lengua, faringe, laringe o esófago superior pueden provocar afagia al impedir el paso del alimento o alterar la mecánica de la deglución.

b. Cirugías invasivas
Resecciones quirúrgicas por cáncer (como glosectomías o laringectomías totales) pueden derivar en una pérdida funcional irreversible de la deglución.

c. Estenosis esofágica
Aunque típicamente se asocian con disfagia, en los casos más extremos las estenosis pueden evolucionar hacia una afagia si la luz del esófago se encuentra completamente bloqueada.

d. Radioterapia
Los efectos secundarios de la radioterapia en la zona orofaríngea pueden causar fibrosis severa, lo que compromete la movilidad de los músculos de la deglución y puede llevar a afagia.

3. Causas funcionales y psicológicas de la afagia

En algunos casos, la afagia no se debe a daño estructural o neurológico evidente, sino a factores funcionales, conductuales o psicógenos.

a. Afagia psicógena o conversiva
Se trata de una forma rara de afagia en la que el paciente presenta una incapacidad real para tragar, sin causa orgánica demostrable. Está vinculada a trastornos de conversión o ansiedad severa.

b. Afagia iatrogénica
Algunos tratamientos farmacológicos o maniobras médicas pueden producir una interrupción del reflejo deglutorio, especialmente en pacientes con patologías preexistentes.

c. Trastornos de la motilidad esofágica avanzada
Aunque son más comunes en la disfagia, ciertos trastornos como la acalasia pueden derivar en un bloqueo funcional tan severo que el paciente termina desarrollando afagia secundaria.

Mecanismos fisiopatológicos

Causas de la afagia

Para comprender mejor las causas de la afagia, es importante conocer los mecanismos alterados en este trastorno. La deglución depende de una precisa secuencia de eventos:

  1. Preparación y transporte del bolo en la cavidad oral.

  2. Activación del reflejo deglutorio en la orofaringe.

  3. Contracción faríngea para empujar el bolo.

  4. Relajación del esfínter esofágico superior.

Cuando uno o más de estos pasos falla completamente —por daño neuronal, bloqueo físico o alteración funcional— se produce la afagia.

Evaluación clínica de la afagia

El diagnóstico de afagia requiere una evaluación médica especializada. Los pasos principales incluyen:

  • Historia clínica detallada: Incluye antecedentes neurológicos, oncológicos y psicológicos.

  • Exploración orofacial: Valora la movilidad de lengua, labios, paladar blando y reflejo nauseoso.

  • Videofluoroscopia de la deglución: Estudio radiológico que muestra en tiempo real cómo se comporta el bolo durante la deglución.

  • Evaluación endoscópica (FEES): Permite visualizar directamente la faringe y la laringe durante el intento de deglución.

  • Evaluaciones neurológicas y psicológicas: En caso de sospecha de origen funcional o psiquiátrico.

Consecuencias clínicas de la afagia

Las causas de la afagia no solo determinan el tratamiento, sino también las complicaciones que pueden presentarse:

  • Desnutrición y deshidratación severas

  • Broncoaspiración y neumonías recurrentes

  • Dependencia de alimentación enteral (por sonda nasogástrica o gastrostomía)

  • Aislamiento social y deterioro emocional

  • Pérdida de calidad de vida

Abordaje terapéutico

El tratamiento depende directamente de las causas de la afagia:

  • Rehabilitación fonoaudiológica intensiva: En afagias post-ACV o traumáticas.

  • Alimentación enteral: Cuando no es posible restablecer la deglución en el corto plazo.

  • Tratamiento quirúrgico u oncológico: En casos de tumores obstructivos.

  • Intervención psicológica: En afagia de origen conversivo.

  • Fármacos específicos: En trastornos neuromusculares o inflamatorios.

Conclusión

Las causas de la afagia son variadas, complejas y a menudo multifactoriales. Su identificación precisa es clave para establecer el pronóstico y diseñar un tratamiento efectivo. Ya sea de origen neurológico, estructural o funcional, la afagia constituye una urgencia clínica que requiere un enfoque multidisciplinar.

Reconocer las causas de la afagia no solo permite intervenir a tiempo, sino también prevenir complicaciones graves y mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados por esta condición debilitante.

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