isquemia

¿Qué es la odinofagia?

Odinofagia

La odinofagia se define como el dolor al deglutir. A diferencia de la disfagia, que implica dificultad para tragar, la odinofagia se caracteriza específicamente por una sensación dolorosa que puede localizarse en la garganta, el pecho o incluso en la zona retroesternal. Este síntoma puede estar asociado a múltiples trastornos, desde infecciones leves hasta enfermedades malignas del tracto digestivo superior.

Diferencia entre odinofagia y disfagia

Es fundamental distinguir la odinofagia de la disfagia. Mientras que la disfagia hace referencia a la sensación de que los alimentos no bajan correctamente o se quedan atascados, la odinofagia implica dolor en el proceso, sin necesariamente dificultar el paso del bolo alimenticio. Ambas pueden coexistir, pero su origen y tratamiento pueden ser muy distintos.

Causas frecuentes de la odinofagia

Existen diversas causas de odinofagia, algunas benignas y transitorias, y otras más graves que requieren atención médica inmediata. A continuación, se enumeran las principales:

1. Infecciones

  • Faringitis viral o bacteriana: Una de las causas más comunes. Las infecciones por estreptococo, adenovirus o virus de Epstein-Barr pueden provocar inflamación y dolor al tragar.

  • Amigdalitis: La inflamación de las amígdalas puede generar odinofagia intensa, especialmente si hay abscesos.

  • Candidiasis oral: En pacientes inmunodeprimidos o con uso prolongado de antibióticos o corticoides inhalados, la infección por Candida albicans puede afectar la orofaringe y causar dolor al tragar.

  • Infección por VIH: En fases avanzadas, puede producir úlceras bucales dolorosas y esofagitis infecciosa

2. Reflujo gastroesofágico y esofagitis

El contenido ácido del estómago puede ascender hacia el esófago, produciendo esofagitis y, en consecuencia, odinofagia. Este tipo de dolor suele empeorar al acostarse o tras comidas copiosas.

3. Úlceras esofágicas

Pueden deberse al reflujo ácido crónico, infecciones (como la esofagitis por citomegalovirus o herpes en inmunodeprimidos) o a medicamentos irritantes (AINES, bisfosfonatos, tetraciclinas).

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4. Traumatismos o irritaciones mecánicas

  • Consumo de alimentos muy calientes o con bordes filosos (como cáscaras duras).

  • Ingestión accidental de cuerpos extraños (espinas, huesos).

  • Intubación endotraqueal o procedimientos médicos invasivos.

5. Neoplasias

El cáncer de esófago, de orofaringe o de laringe puede manifestarse con odinofagia progresiva, a menudo asociada con pérdida de peso, disfonía y adenopatías cervicales.

6. Tratamientos oncológicos

La radioterapia dirigida al cuello o tórax y algunos tipos de quimioterapia pueden generar inflamación en la mucosa esofágica y faríngea.

7. Otras causas

  • Alergias alimentarias con inflamación de mucosas.

  • Enfermedades autoinmunes como la enfermedad de Behçet o la enfermedad de Crohn con afectación esofágica.

  • Espasmos esofágicos o trastornos motores del esófago.

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Síntomas asociados

La odinofagia puede acompañarse de otros síntomas que orientan al diagnóstico:

  • Fiebre (infección)

  • Disfagia (alteración estructural o neuromuscular)

  • Tos, ronquera (afección laríngea o traqueal)

  • Reflujo ácido, pirosis (enfermedad por reflujo gastroesofágico)

  • Pérdida de peso, fatiga (en procesos crónicos o malignos)

  • Halitosis (amigdalitis, infecciones crónicas)

Diagnóstico

El enfoque diagnóstico debe ser integral y ajustado a la gravedad del cuadro:

Historia clínica

Se exploran antecedentes de infecciones, tratamientos recientes, hábitos como el tabaquismo o el alcoholismo, exposición a irritantes, y comorbilidades.

Exploración física

Inspección orofaríngea, palpación cervical, evaluación del habla, la respiración y la deglución.

Pruebas complementarias

  • Exudado faríngeo o cultivo para diagnóstico de infecciones bacterianas.

  • Endoscopia digestiva alta para observar el esófago y detectar úlceras, neoplasias o infecciones profundas.

  • Laringoscopia si se sospecha afección laríngea.

  • Biopsias en caso de lesiones sospechosas.

  • Análisis de sangre, serologías o pruebas específicas en inmunocomprometidos.

Tratamiento

Odinofagia

El tratamiento de la odinofagia depende completamente de la causa subyacente:

1. Infecciones

  • Antibióticos para faringitis estreptocócica o amigdalitis bacteriana.

  • Antivirales en infecciones graves como herpes o citomegalovirus en pacientes inmunodeprimidos.

  • Antifúngicos para candidiasis oral (por ejemplo, nistatina o fluconazol).

2. Reflujo y esofagitis

  • Inhibidores de bomba de protones (omeprazol, pantoprazol) y medidas dietéticas.

  • Evitar comidas irritantes, alcohol, tabaco y elevar la cabecera de la cama.

3. Lesiones mecánicas o químicas

  • Dieta blanda y analgésicos para permitir la cicatrización.

  • Retiro de medicamentos agresivos cuando sea posible.

4. Neoplasias

  • Derivación urgente a oncología.

  • Tratamientos como cirugía, quimioterapia o radioterapia según el estadio.

5. Dolor sintomático

  • Analgésicos (paracetamol, AINES si no están contraindicados).

  • En casos severos, lidocaína viscosa o anestésicos tópicos para deglución.

Complicaciones

No tratar adecuadamente la odinofagia puede tener consecuencias graves:

  • Deshidratación por evitación de líquidos.

  • Malnutrición, especialmente en pacientes con odinofagia crónica.

  • Abscesos faríngeos en infecciones avanzadas.

  • Perforación esofágica en casos de úlceras graves o cuerpos extraños.

  • Diseminación sistémica de infecciones en pacientes inmunodeprimidos.

Prevención

Algunas medidas pueden prevenir episodios de odinofagia:

  • Evitar automedicarse con antibióticos.

  • Mantener buena higiene bucal.

  • Tratar precozmente infecciones respiratorias.

  • No fumar ni abusar del alcohol.

  • Controlar el reflujo ácido mediante dieta y medicación.

  • No ingerir alimentos a temperaturas extremas ni muy ásperos.

Conclusión

La odinofagia es un síntoma que merece atención médica cuando se presenta de forma persistente, severa o acompañada de otros signos preocupantes. Identificar la causa exacta es esencial para aplicar el tratamiento adecuado y prevenir complicaciones. Aunque muchas veces se asocia con infecciones leves y autolimitadas, no debe subestimarse, especialmente si hay antecedentes de inmunosupresión, consumo crónico de irritantes o síntomas sistémicos. Un enfoque multidisciplinario entre médicos de atención primaria, otorrinolaringólogos y gastroenterólogos puede ser clave para resolver el problema de forma eficaz y segura.

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